Aunque nos resistamos a aceptar la existencia de algunos pecados capitales en las sociedades que se conforman en las PH’s, debemos ser capaces de identificarlas y tratar de reconocerlas para enfrentarlas y darles el tratamiento que sea necesario y evitar que estas deficiencias produzcan un daño en la vida cotidiana de las comunidades que lideramos. (Órganos de administración, dirección, control, otros).
Hay que tener en cuenta que lo primero que debemos hacer es detectar si nosotros como administradores, directivos, propietarios, estamos incurriendo en conductas y comportamientos en donde se configuren algunos de estos pecados.
Veamos un cuadro donde mostramos los siete (7) pecados capitales que se presentan en los seres humanos y en donde nosotros cuando vivimos y compartimos en comunidad-PH, estamos expuestos a incurrir en cualquiera de sus manifestaciones y producir consecuencias que no son buenas para ninguna de las partes y mucho menos para nosotros como administradores, directivos, propietarios.
Resaltamos en color naranja la soberbia y la ira como los dos (2) pecados que mas debemos combatir en las relaciones sociales y por lo tanto en los espacios y ambientes en donde nos reunimos con nuestros semejantes y aparecen estas deficiencias que siendo propias de la naturaleza humana, son dañinas para la convivencia y la salud mental y social de las comunidades, y por lo tanto debemos combatirlas.

Esta en cabeza de los que actúan como lideres y responsables de coordinar y dirigir a las poblaciones que se reúnen en las PH’s, tenerlas como riesgos que no deben dejar de lado y enfrentarlos con las armas y los instrumentos gerenciales, administrativos y tecnológicos que dispongan, para evitar el daño social de su comunidad.
Teniendo en cuenta que las PH’s sufren con las atmosferas pesadas, tensas y estresantes y se manifiestan principalmente en los eventos que se programan y se convocan para reunir a toda la comunidad y especialmente las asambleas ordinarias y extraordinarias, propias de estas organizaciones, allí de manera anticipada y prevenida, aparecen conductas y comportamientos que normalmente se empiezan a manifestar con malestar, incomodidad, actitud negativa y a partir de allí empieza a configurarse una patología que en el momento del inicio de la reunión o asamblea y los primeros intercambios y debates, suben la temperatura y se presenta el mal genio, la ira y desemboca en la soberbia, convirtiéndose en el primer y principal problema que se debe enfrentar y derrotarlo para evitar el desgaste y la ineficacia de estas reuniones, además de seguir engendrando actitudes y posiciones de intolerancia, impaciencia, incomprensión y por lo tanto generando desunión y fractura de cualquier posible indicio de integración, fraternidad, solidaridad, convivencia, vecindad y amistad entre todos los integrantes de la comunidad.
COMO EVITAR LA IRA Y LA SOBERBIA Y SER MAS HUMILDE.
La ira y la soberbia son actitudes, que en más de una ocasión se convierten en un mal mecanismo de defensa, en un escudo protector a partir del cual una persona pretende defenderse del entorno. Sin embargo, nada más lejos de la realidad, la ira y la soberbia, son una actitud que conviene eliminar para optar por una forma de ser humilde, paciente, cercano, sencillo y accesible.
- Debemos asumir que cualquier día es un buen momento para aprender y optar por un estilo de vida más gratificante y saludable. La ira y la soberbia producen sufrimiento y encierra al iracundo y soberbio individual y al iracundo y soberbio colectivo, en su propio ego, porque se ha colocado en un pedestal que le aleja de los demás. En ese caso, hay que bajarse de ese peldaño para mirar a los ojos a los demás.
- Debemos tratar a los demás en la forma y en el modo en el que a ti te gusta ser tratado, porque así te sentirás mejor contigo mismo pero también, más próximo a los demás. Cuida tus relaciones personales con cariño y pensamiento positivo.
- Escuchemos nuestra voz interior y nuestro corazón para estar en paz y tener un buen nivel de bienestar interior. Tengamos una actitud de ayuda y disposición hacia aquellas personas de nuestro entorno (propietarios, residentes, visitantes, colaboradores, otros) a las que quieres y valoras de verdad. Tengamos la misma actitud de disposición en el trabajo donde se valora mucho el espíritu de equipo.
- Rompamos la coraza de la ira y la soberbia, optando por una buena sonrisa y tomar la vida con sentido del humor.
- Evitemos la ira y la soberbia, trabajando a nivel interior nuestros defectos para poder corregirlos. Del mismo modo, también, podemos emular la actitud de esas personas que nos parecen positivas y enérgicas. La ira y la soberbia no son una buena compañera en la dinámica del trabajo como administrador/ líder/gerente/soñador de una PH. Por tanto, abramos nuestro corazón a los demás y desde ese pedestal que tenemos como administrador o como presidente del concejo o como miembro principal del comité de convivencia o como miembro coordinador de un comité especial y a partir de la postura humilde y llena de empatía y amistad, brindar ejemplo de solidaridad, fraternidad, tolerancia y comprensión y de esta manera inducir a la comunidad a unirse en el intento de construir convivencia con armonía y felicidad. El enemigo mas grande que se manifiesta en todas las actividades del ser humano sin distingo de clases, ni roles, ni status, ni consideraciones especiales, es El Ego, esta es la expresión permanente de todos los seres humanos, hacia una condición de superioridad frente a sus semejantes y dentro de ello su afán por alcanzar mayor poder y autoridad que el que ha recibido por obra y gracia de la naturaleza. El Ego esta acompañado adicionalmente por la búsqueda de protagonismo, visibilidad, reconocimiento y admiración, el cual se cree que solo se obtiene cuando se hace parte de grupos, colectivos, asociaciones o en general de organizaciones formales o informales, en donde se pueden hacer demostraciones de superioridad y así alcanzar los beneplácitos que alimentan su deseo de encontrarse por encima de sus semejantes en ese ambiente de sociedad y de concentración poblacional que termina reconociéndole su actos y dándole ese elemento motivacional que enriquece y fortalece su carácter de ser superior.
Esta demostrado que esta patología social del ser humano no contribuye en la búsqueda permanente de desarrollo y crecimiento de las sociedades, ya que se basa en el alcance de objetivos individuales y no deja que los intereses y beneficios de las comunidades se consideren prioritarios, perdiendo de esta forma el foco que debe tener cualquier organización para lograr avances en su desarrollo y crecimiento y conseguir niveles superiores de convivencia, cultura ciudadana, calidad de vida y felicidad, que deben ser los propósitos de cualquier organización o sociedad sin importar el mundo en donde se encuentren localizadas.