La Propiedad Horizontal, una industria sin reconocimineto, ni categoria.

A pesar de la decepción, frustración e impotencia, seguimos insistiendo en la importancia de una intervención  y acciones concretas por parte de los gobiernos nacional, departamental y municipal para que la industria de la propiedad horizontal sea reconocida con todo el peso y categoría que merece en el contexto nacional, en lo diferentes sectores de la economía, la sociedad y  los ecosistemas en donde hace presencia.

Resulta menos que preocupante escuchar y leer comentarios relacionados con porcentajes del 50%, 60% y hasta 70% de la población colombiana viviendo o trabajando en una instalación o inmueble regido por la ley de propiedad horizontal, y resulta que estas cifras son puras especulaciones y no tienen ningún soporte técnico y científico en lo estadístico, en lo económico, ni tampoco en los social y mucho menos en lo ecológico y ambiental.

Es preocupante y frustrante observar que los constructores que son los que inician los proyectos de vivienda, de comercio y de industria en Colombia, nunca se han preocupado por atender sus clientes y consumidores de sus productos con un valor agregado que genere riqueza social y económica en cada una de las pequeñas sociedades y pequeñas economías que se forman al interior de estos pequeños territorios, que nacen sin acompañamiento y sin horizonte, los constructores se afanan por cumplir su meta comercial, pero desconocen todos los intríngulis que se generan al interior de esta comunidades y sus entornos y se ven obligados a improvisar y a tener toda clase de obstáculos que difícilmente superan y que en casi todos los casos deben resignarse ante ellos y convivir con todos lo imperfectos, defectos y barreras que les dejan sus creadores (constructores).

Es necesario que los gobiernos en todas su escalas intervenga y le coloque requisitos y condiciones especiales a los constructores y no acepte solicitudes de licencias de construcción; sino cumplen con su responsabilidad social y empresarial, generando facilidades y herramientas que les permita a estas comunidades nacientes, tener medios que a su vez les faciliten el camino para desarrollar ambientes, territorios y comunidades con un alto nivel de bienestar, calidad de vida, buena vecindad y felicidad.

Los constructores deben cumplir dentro de sus funciones como responsables sociales y empresariales, mínimo con tres condiciones o requisitos, que previamente deben ser aprobados e implementados por los gobiernos municipales, departamentales y nacional; esos requisitos son:

➢ No se tramita ninguna licencia de construcción que no este acompañada de un esquema de capacitación, asesoría y acompañamiento en materia de educación y cultura en propiedad horizontal, con énfasis en un modelo de administración y gerencia con contenido profesional en lo ejecutivo, estratégico, tecnológico, financiero, social y eco-ambiental.
➢ No se tramite ninguna solicitud de licencia de construcción que no este acompañada de un sistema de energías limpias para la alimentación de todas las necesidades energéticas de estos proyectos en sus áreas comunes.

➢ No se tramita ninguna licencia de construcción que no este acompañada de un sistema de PETAR que asegure la recolección y el aprovechamiento de las aguas residuales y las aguas lluvias.

Por lo menos estos tres requisitos deben ser de carácter obligatorio y permitirán que tengamos comunidades, sociedades y economías mucho mas estables y sostenibles en materia de calidad  de vida, bienestar y felicidad.

Con decepción, frustración e impotencia no se entiende porque el DANE, el Ministerio de Vivienda, el Ministerio de Industria y Comercio, el DNP y las entidades departamentales y municipales, no incluyen con reconocimiento y categoría esta naciente industria, que se  supone representa hasta el 70% de la población viviendo y/o trabajando en propiedad horizontal y que debe hacer unos aportes de gran valor, tamaño y peso a los indicadores económicos, sociales y eco-sistémicos del país.